Fuente: Xarxa TIC
http://www.xarxatic.com/compartiendo-estrategias-educativas/
En los últimos tiempos estamos perdiendo el norte en esto de las nuevas tecnologías en la Educación, ya que en muchos casos olvidamos lo realmente importante para centrarnos en las herramientas. No puede ser que una herramienta, por buena que sea, nos priorice nuestras líneas educativas ni nos fuerce a usarlas como fin último de la propia Educación. Esta reflexión viene a reflejar la situación que se está produciendo en muchos docentes, que abrazan la tecnología y la extrapolan a la parte más importante de su metodología (es decir, convierten de facto las máquinas en metodología). Ello provoca que aparezcan algunos errores y que, los mismos, se trasladen al alumnado, con las consecuencias que todos vamos viendo (que de positivas tienen bien poco). Ya lo decía Michael Trucano, en un artículo que escribió sobre algunos de los errores que se cometían con el uso de las nuevas tecnologías en el aula, y sobre cada uno de los cuales podríamos hablar largo y tendido:
Incorporar hardware en los centros educativos, esperando que por “magia” los alumnos aprendan mejor
Introducir elementos tecnológicos y ambientes virtuales de aprendizaje sin tener en cuenta la especificidad de los centros educativos (a nivel de entorno social, geográfico y tipología de los alumnos)
Pensar en la metodología después de haber introducido las herramientas tecnológicas. Priorizar la tecnología a la metodología nos está dando unos resultados desastrosos
Considerar el mismo contenido exportable a todos los centros educativos (un mismo contenido tiene que variar de centro a centro -e incluso de aula a aula-, por la especificidad individual que presentan)
No hay informes fiables de cómo influencian las tecnologías en el aula, ya que podemos encontrar informes que hablan de que está siendo un desastre como algunos que dicen que es una maravilla. También se ha de tener en cuenta que si alguno de estos informes lleva la firma de alguna empresa distribuidora de hardware…
Apostar por tecnologías libres o propietarias, sin tener en cuenta las necesidades reales de los alumnos, ni el uso de los equipos
Despreocuparse de los costes de mantenimiento de esas nuevas tecnologías por mala previsión. No es lógico implementar su uso en las aulas sin tener preparada una provisión de fondos para su mantenimiento (porque no es sólo comprar equipos y dejarlos en las aulas)
Realizar una inadecuada formación docente, sin ningún tipo de previsión y, con cursos sobre herramientas y no sobre metodología, etc.
Como habéis podido comprobar, en muchos de los errores que se comete aparece la palabra metodología, para muchos considerada la gran olvidada de los planes de digitalización de los centros educativos. ¿Qué sentido tiene compartir herramientas, cada una más bonita y con más funcionalidades que la anterior, si nos olvidamos de cómo podemos usarlas en el aula? Por mucho que una herramienta nos haga, por ejemplo, una línea del tiempo en colores que permita incorporar vídeos en cada una de las fechas marcadas, ¿qué sentido tiene generarla si no tenemos claro en qué momento será el más adecuado usarla con los alumnos? Hay un largo etcétera de desconocimiento del cuándo y del cómo que, lamentablemente es muy difícil que solucione la propia Administración, ya que se halla totalmente alejada del aula.
La solución es simple… compartir metodología. Cambiar el concepto y, empezar a compartir trabajo y experiencias de aula, abriendo esa aula al exterior. Vía podcast, grabaciones de vídeo de las clases, foros abiertos al exterior, etc.; cualquier sistema que permita visualizar esas experiencias ayudará mucho más a introducir de forma correcta esas tecnologías en el aula. Por tanto, cualquier iniciativa que vaya hacia ese “compartir”, que tiene que ser complementario al compartir herramientas y actividades, va a mejorar considerablemente la praxis metodológica de los docentes en muchos centros educativos. No hacen falta másters de secundaria ni tantos cursos de herramientas que no se van a usar nunca, ya que realmente lo que hace falta es compartir metodología y estrategias de aula.
lunes, 28 de febrero de 2011
domingo, 27 de febrero de 2011
sábado, 26 de febrero de 2011
jueves, 24 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
lunes, 14 de febrero de 2011
Carta al director de una estudiante de la ESO ¿Ordenador o libro?
Soy una alumna de segundo de ESO y no estoy de acuerdo con el nuevo sistema educativo porque internet va muy lento y avanzamos mucho menos que con un libro en condiciones. Algunas personas tienen la tentación de meterse en páginas que no son educativas, aunque se intenten bloquear, y desconcentran incluso a los más estudiosos, que están bajando sus notas.
Mi solución sería volver al sistema del libro, porque así podríamos subrayar en ellos y no tendríamos el problema de que falle internet, de que nos olvidemos las contraseñas, etcétera. Ya sé que es difícil una vuelta atrás, pero tendríamos que replantearnos este sistema educativo y que los ordenadores sólo sean un apoyo más, sin olvidar el soporte de papel. Además, los libros digitales nos dan las respuestas prácticamente hechas y sólo hay que hacer un clic. Nos olvidamos de pensar y de escribir. ¿Acaso quieren educarnos como autómatas?
¿Ordenador o libro?
Respuesta:
No creo que el ordenador y el libro tengan que ser excluyentes, más bien al contrario, debieran ser perfectamente complementarios. Los estudiantes pueden aprender de ambos recursos y de sus posibilidades al igual que el profesorado debiera asignar y reconocer la herramienta más adecuada para aprender y adquirir una competencia u otra.
Mi solución sería volver al sistema del libro, porque así podríamos subrayar en ellos y no tendríamos el problema de que falle internet, de que nos olvidemos las contraseñas, etcétera. Ya sé que es difícil una vuelta atrás, pero tendríamos que replantearnos este sistema educativo y que los ordenadores sólo sean un apoyo más, sin olvidar el soporte de papel. Además, los libros digitales nos dan las respuestas prácticamente hechas y sólo hay que hacer un clic. Nos olvidamos de pensar y de escribir. ¿Acaso quieren educarnos como autómatas?
¿Ordenador o libro?
Respuesta:
No creo que el ordenador y el libro tengan que ser excluyentes, más bien al contrario, debieran ser perfectamente complementarios. Los estudiantes pueden aprender de ambos recursos y de sus posibilidades al igual que el profesorado debiera asignar y reconocer la herramienta más adecuada para aprender y adquirir una competencia u otra.
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